25 de enero de 2011

Non smoking poetry

Siempre creí que me costaría leer sin un cigarrillo entre los dedos. Ahora leo con las dos manos. Siempre creí que me costaría escribir sin hacer, de vez en cuando, una pausa humeante para sopesar lo escrito. Ahora soy adicto al té. Poco antes de dejar de fumar, escribí este poema para un libro futuro:

No sé por qué fumar me encanta
el humo huele mal quema la lengua
las urnas funerarias son grandes ceniceros
mi madre tuvo cáncer me desprecio cada día
por amar sus errores por no salvarla en mí
¿me estaré desprendiendo dispersando
hacia el lugar de nadie donde sólo
quedan seres precarios terrenales
que la quieren la cuidan fumando arrepentidos?