4 de enero de 2011

Deconstructing 2011

Veo el documental Derrida, que retrata al filósofo. La película empieza con la voz del propio Jacques Derrida diciendo: «Trato de distinguir entre futuro y porvenir. El futuro es lo que mañana, más tarde, el próximo siglo, tendrá lugar. Un futuro programado, predecible, en cierta forma agendado. El porvenir, en cambio, se refiere a algo que vendrá y que, mientras viene, no puede predecirse. Para mí ese es el verdadero futuro. Lo impredecible. Lo otro que llega sin que yo pueda ni siquiera esperarlo». Al escucharlo, pienso que nuestro mundo prepara, escruta y se desespera por su futuro, mientras el porvenir lo atropella por la espalda. Después de pronunciar esas palabras, el filósofo finge extraviar las llaves de su casa, sale a la calle calculadamente despeinado y hace como que olvida saludar al camarógrafo que lo sigue. El porvenir de nuestra imagen traiciona el programa de nuestra imagen futura. «Uno de los principales rasgos de la deconstrucción», replica Derrida, «consiste en no fingir que lo no natural es natural». Lo único natural es tener miedo del porvenir.