Hace tiempo, trabajando en un artículo sobre el ultraconservador jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, comprobé que si escribía macrista, el Word rectificaba: machista. Hoy, trabajando en la voz de un personaje femenino, he descubierto que cuando ella trata de decir putísima, de inmediato el programa la corrige: purísima. La corrección política también es automática.