© Daniel Mordzinski. Cartagena de Indias, Colombia, 2011.
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Nadie tiene un perfil inmaculado. Un perfil inmaculado no es de nadie. Ser mirados nos mancha, pero esa mancha es tan epidérmica como la propia piel. Sólo un cutis profundo resiste los contrastes entre el sol y las tinieblas. Nunca sabremos qué opina un perfil. Alrededor del personaje observado se trazan constelaciones: lo estelar es eso. Hay algo de astronomía en alguien que se queda pensativo. Qué excelente sombrero, el pensamiento. Y a través de los huecos, que también hablan, se cuela la luz.