Me detengo frente al Palacio Papal de la ciudad de Aviñón. Es no sé qué festividad y, justo debajo de la santa residencia, una joven orquesta eléctrica ameniza la tarde a los abuelos. Guitarras, bajos, sintetizadores, baterías. El repertorio sagrado incluye Satisfaction y We Will Rock You. La tradición es tan astuta que se apropia de cualquier cosa que la golpee.