Y de las profundidades emergió el Gran Hermano. Nada nuevo bajo la tierra. Claudio prometió casarse. Mario dice que el jefe no era Luis, sino él. Yonny había sido infiel. Etcétera. Los mineros y sus familias piden cobrar para hablar con los medios, que han lucrado con ellos. Chile deseaba héroes y se encontró con hombres. El mundo esperaba mártires y se encontró con trabajadores. Los héroes y los mártires se inmolan para alimentar al poder. Los hombres y los trabajadores sólo quieren dinero, que alimenta a su gente. Dice el novelista y ex minero Rivera Letelier que los rescatados pasaron de un infierno conocido (el subterráneo) a otro desconocido (el espectáculo). Más de uno deseará volver a la mina. A esconderse. A la sensata oscuridad. El pozo somos nosotros.