Su vocación de ovillo:
en cuanto se concentra,
algún otro interés accidental
le tira de la punta de los ojos.
Le gusta proponerse en cualquier ángulo,
hace cosas extrañas con las piernas
que despliegan debates entre sí.
Donde ella toma asiento
el sol se le acurruca.
Donde ella toma asiento
el sol se le acurruca.
La reina del rincón.
Amor desordenado.