30 de abril de 2012

Gigante provisional

La feria del libro de Buenos Aires me devuelve imágenes de infancia. Una mezcla de cosas que tienden a elevarse: globos, libros, caras de familiares que ya no están. El objetivo de toda feria es su apertura, pero lo más instructivo es la clausura. Gigante provisional, las horas posteriores al cierre de sus puertas son la otra ceremonia. Aún recuerdo cómo, entre el apocalipsis y la melancolía, la estructura completa de la última FIL de Guadalajara se desvaneció ante mis ojos. Las paredes volaron. Los pasillos se extraviaron. Los anaqueles fueron vaciándose, como si perdieran la memoria. Centenares de puestos quedaron reducidos igual que juguetes plegables. Los carritos se llevaban la lectura a otra parte. Todo era cartón. La palabra también. Por eso se recicla. Los verdaderos artífices de semejante prodigio no son funcionarios, políticos ni escritores. Son esos empleados que cargan, transportan, desarman. Cuando no queda un micrófono vivo, ellos se quedan estibando a medianoche. Mientras recorría fascinado los restos de la feria, recordé una idea de Alejandra Pizarnik: «Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado, yo hablo». La literatura tiene la propiedad de guarecernos y, al mismo tiempo, revelarnos nuestra intemperie.


(resumen de la columna en la Revista Ñ, 21-04-2012. Leer texto completo…)

23 de abril de 2012

Los espacios vacíos

¿Has visto alguna vez la desnuda grandeza
donde no hay nada más que contemplar,
música y decorados sin igual,
montañas escalando al cielo gigantescas?

(…)

¿Has borrado las huellas que tus botas dejaron,
has osado adentrarte en lo lejano
y abrazado el tesoro al final del camino?
¿Has marcado en el mapa los espacios vacíos?


[fragmentos del poema The Call of the Wild, de Robert Service (1874-1958). Versión de Andrés Neuman.]

19 de abril de 2012

10 apuntes para sacar petróleo


1. Todo país tiene el derecho, y también la necesidad, de controlar sus propios recursos naturales. Esa legitimidad es más profunda que los acuerdos empresariales.

2. Plantearlo como una batalla entre dos países simplifica la naturaleza del conflicto y manipula a la opinión pública. El problema está en la alianza entre los comportamientos abusivos del capital multinacional y los excesos neoliberales en la gestión del Estado. En la Argentina esta alianza se remonta a la dictadura de los años 70, y se reprodujo brutalmente durante el menemismo de los años 90.

3. ¿Acaso Repsol se financia con los impuestos de los ciudadanos de España? ¿Acaso el destino principal de sus ganancias es el Estado y sus servicios públicos? Entonces no hay por qué considerarla una empresa esencialmente española, ni desplegar banderas fáciles.

4. Confesión para argentinos: no hay empresas más detestadas por los propios usuarios españoles que Telefónica, Iberia y un voraz etcétera. No conozco a ningún amigo español que se sienta íntimamente representado por ellas. Lejos de separarnos, esto hermana a ambos pueblos. ¿Dónde está el enemigo en realidad?

5. Confesión para españoles: las multinacionales implantadas en Latinoamérica han aplicado tarifas y normas que resultarían inadmisibles en Europa. También suelen hacer cínicas cuentas: lloran las pérdidas causadas por las excepcionalidades jurídicas del país, pero callan los beneficios desproporcionados que esas mismas excepcionalidades les trajeron durante impunes años.

6. Las comparaciones entre la conquista de América y la ola de privatizaciones de los años 90 es muy poco rigurosa, por no decir hipócrita. Las sociedades precolombinas no pidieron ni negociaron el desembarco de los conquistadores. La sociedad argentina, o cuando menos esa mayoría que eligió y reeligió al privatizador Menem, tuvo en cambio alguna responsabilidad en el aterrizaje masivo de las multinacionales. Todo patriotismo bien entendido incluye la autocrítica.

7. En cuanto se independizó de la corona española, la República Argentina emprendió un exterminio de sus propias comunidades indígenas. No otra cosa llevó a cabo el presidente Julio Argentino Roca. No muy distinta fue la opinión del prócer Sarmiento. El indio, el oprimido con el que hoy pretende identificarse cierto progresismo latinoamericano, es el enemigo bárbaro en el Martín Fierro, poema épico nacional.

8. Con todos sus defectos, demagogias y gestos autoritarios, el gobierno de los Kirchner ha sido lo mejor y más digno que podía sucederle a la política argentina tras la década siniestra de Menem y la hecatombe del corralito. Tan cierto es eso como que, en un principio, los Kirchner apoyaron la privatización de YPF, empezando por su propia provincia. Bien está haber rectificado; mejor aún sería admitirlo.

9. Que una mujer gobierne en la Argentina (una mujer, se entiende, con una larga y sólida formación política) ha supuesto un significativo paso en la evolución social del país. Otro paso sería que, algún día, para gobernar algún país latinoamericano, no hiciera falta ser militar ni millonario ni pertenecer a una familia con antecedentes en el poder. Es decir, que algún día gobernase alguien con un origen parecido al de la mayoría de sus votantes. En este sentido, quien subestime la importancia de Evo Morales no entenderá Bolivia.

10. A la generación del 15-M, como a aquella otra del 98, le duele España. A la generación del corralito, como a tantas otras antes, le dolió Argentina. Qué extraño desconsuelo que te duelan las dos.

16 de abril de 2012

El nadador

El sábado pasado, como parte del programa de las Jornadas sobre Republicanismo Español, un centenar de incautos nos reunimos bajo la lluvia para recordar el camino que García Lorca y muchos otros hicieron en las inmediaciones de Víznar, al norte de Granada, antes de ser fusilados. Entre los asistentes estaba el hijo de Salvador Vila, fugaz rector universitario en 1936, que llegó desde Londres para peregrinar hasta la fosa donde arrojaron a su padre. Miguel Vila fue un niño exiliado. Hoy es un jovial anciano que viaja con su nieto angloparlante. Me conmueven su sonrisa y su amabilidad, cicatrices astutas de quienes han sufrido en serio. «Me da vergüenza hablar en español», me explica en inglés, «porque se me olvidan las palabras». Más tarde compruebo que maneja a la perfección su idioma materno, o violentamente paterno. Quizá lo difícil para él sea hablarlo justo aquí, en el lugar donde callaron a su padre, y su lengua adquirida funcione como un testimonio de supervivencia. Volviendo del barranco, Miguel Vila nos dice: «Ha sido horrible y hermoso». Después nos da la mano, se ajusta la capucha y desaparece bajo el agua.

12 de abril de 2012

De la lectura como turismo sexual

Espío el siguiente diálogo entre un grupo de lectores anglófonos en twitter: «¿A esa lista de libros no le haría falta un toque sexy?». «Un par de autores sudamericanos estaría muy bien.» «No puedo estar más de acuerdo.» «¡Bien dicho, chicos, leamos algo caliente!». Me pregunto si estos entusiastas misioneros del peep-show meridional tendrían en mente (o pelvis) al siempre depravado Borges, al hirviente Onetti, al libidinoso Felisberto, a la ninfómana Mistral, al sátiro Ribeyro, a la babosa Lispector, al pornógrafo Piglia, al salvaje Saer. Quien no es capaz de fornicar en su propia lengua, no merece la lujuria de las traducciones. Sometimes you look so wet, TS Eliot, baby.

9 de abril de 2012

Idea española

Estimado señor Guindos: es mi deber informarle de que, en el día de ayer por la tarde, a las 17.15 horas para ser exactos, divisé en mi camino una idea española. Una idea española suelta, impune, campando a sus anchas. Su estado general parecía bueno, o cuando menos vivaracho, y en el momento de su identificación no se hallaba causando mayores incidentes. Habida cuenta de la gran labor conjunta que su Ministerio, la Secretaría de Estado de Investigación y el Ministerio de Educación vienen desempeñando por el futuro de nuestra seguridad pública, he considerado necesario hacerle llegar esta denuncia, confiando en la celeridad de sus próximas medidas. Aunque nada más lejos de mi intención que sembrar el pánico entre mis conciudadanos, sencillamente me estremece imaginar qué podría llegar a ocurrir si la susodicha se encontrase con otra similar. Les ruego por ello que no desfallezcan, señores míos, señoras suyas, pues todo parece indicar que aún quedan tres o cuatro jóvenes ideas españolas circulando flagrantemente dentro del territorio nacional. Seguiremos informando. De nada.

5 de abril de 2012

Patria líquida


HUELLAS EN LA ARENA

Cuando encontramos huellas
en la arena, viniendo
del mar, imaginamos
quizás a un emisario
o un viajero de algún país remoto
anunciándonos a los exiliados
que podemos volver.
De noche nos sentamos frente al fuego
mientras los leños forman
siluetas de animales:
peces o lagartijas o serpientes.
Llamamos al pasado
con nuestras flautas dulces,
guitarras galopantes,
ronqueras del cantante preferido.
Y sobre el campo diurno, cultivando
frutas rojas, moradas,
contemplamos el río
derivar hacia el mar, y nos parece
que la patria que un día abandonamos
era el mar mismo. ¿Entonces
de quién son esas huellas?


[Poema de Richard Gwyn inédito en español. Versión de Andrés Neuman. Del libro Being in water, leído la semana pasada durante un viaje a Cardiff. Más poemas traducidos de Gwyn, en el blog Otra iglesia es imposible.]

2 de abril de 2012

Explotación creativa

Trabajar cansa, sí, Pavese, pero más agota no poder trabajar, o hacerlo con la angustia de que cada día podría ser el último. Aparte de sus obvios objetivos económicos, la reforma laboral española (y, más en general, la precarización global del empleo) tiene una consecuencia simbólica de fondo. Se trata de que el trabajador deje de considerar su salario como una contraprestación a sus esfuerzos, y empiece a percibirlo casi como un favor. Como un delgado hilo de suerte que podría romperse en cualquier momento, a la mínima sacudida. Así la combatividad y disposición crítica del empleado tenderán a bajar forzosamente. Y manifestarse, o ponerse en huelga, resultará más incómodo. El plan es estupendo: para tiempos de crisis, explotación creativa. Menos mal que la creatividad también explota en todas partes. Uno de los carteles de la manifestación del jueves resumía: «Es imposible apretarnos el cinturón y bajarnos los pantalones al mismo tiempo». Aunque hay quienes pretenden que vayamos en pelotas.