29 de junio de 2011

El valiente tardío y el miope precoz

Zapatero siempre tiene razón a posteriori. O sea, cuando ya es tarde. Rajoy nunca se equivoca porque jamás nos cuenta lo que piensa. Lo hará sólo cuando gane. Ambas maneras de ser son un plan de gobierno. «El problema», ha explicado el presidente en su último debate, «es de sistema productivo. El sector de la construcción llegó a alcanzar el 7,5% del PIB, tres puntos más que la zona euro. Sin la aportación negativa del sector inmobiliario, hoy la economía española estaría creciendo el 2%. No podemos volver a crecer y crear empleo del modo en que lo hicimos en el pasado». Si eso mismo lo hubiera denunciado en la primera legislatura, cuando aún gestionaba el superávit, habría parecido un valiente. Por su parte, Rajoy sigue resultando más elocuente como aforista cómico que como político conservador. En un momento ebrio del debate, soltó: «Cuando un herido sangra, no es momento para graduarle la visión». Él, por si acaso, ya tiene las gafas puestas.

27 de junio de 2011

El clásico

Durante mi infancia argentina, River era el equipo que ganaba. Yo era de Boca, o de lo que había quedado de Boca tras la marcha de Maradona. El don de Maradona siempre fue salvar a los equipos para después dañarlos: lo mismo que hizo consigo mismo. Pasé mis primeros años de conciencia futbolística (con perdón del oxímoron) viendo quedar a River por encima de mi equipo, viendo al Beto Alonso y al príncipe Francescoli mostrarse inalcanzables. Llegué a pensar que ser de Boca era una extraña forma de lealtad a la derrota. Más o menos como ser del Atleti de Madrid. Después los años 80 y mi infancia terminaron. Boca empezó a ganar. Y yo no estaba allí. River volvió a ganar. Y yo seguía aquí. Poco a poco fui perdiendo el contacto con el campeonato argentino. Los años, los goles, los nombres se sucedieron. Hoy, por primera vez en toda la historia, River desciende de categoría. Y es ahora cuando, súbitamente, tres décadas más tarde, siento a River cercano. Pienso: así era mi equipo. El que perdía.

25 de junio de 2011

Las manos

Después de cada catástrofe, cuando veo imágenes de las víctimas rezando con fervor, recuerdo un terrible microrrelato de Manuel Moyano, que acaba de publicar Teatro de ceniza: «La mano cercenada que descansa sobre el asfalto lleva puesta la pulsera de la fortuna».

23 de junio de 2011

El verso duda

Me he preguntado, me han preguntado a veces cuál es la diferencia entre escribir en verso y escribir poemas en prosa. Por supuesto, la diferencia no es técnica sino de otro orden, de punto de partida, de concepto de habla. Me deslumbra estos días la poesía completa de Joaquín Giannuzzi, con excelente prólogo de Jorge Fondebrider. Ahí, aparte de un singular modo de escribir hablándose, de pensar lo concreto, de generalizar a partir del detalle, encuentro la mejor respuesta posible a la pregunta de para qué sirve el verso: «Entre verso y verso se instala una pausa/ donde el mundo es puesto en duda». Qué certeza leer dudas tan claras.

21 de junio de 2011

No hay derecho a tanta derecha

«El PSOE hace política de derechas», o al menos eso ha hecho en su segunda legislatura, «pero no es la derecha». Lo resumió con su habitual sensatez Gaspar Llamazares, a quien el núcleo comunista del partido le hizo la vida imposible. Tal como ahora, según parece, empieza a ocurrirle a su sucesor. Muchos creíamos que la función de un partido nacional no era complacer a los militantes más acérrimos, sino tomar decisiones pensando en el bien general. Si Izquierda Unida (por desgracia y también por la ley d’Hont) no está para ganar mayorías, pero tampoco para alcanzar acuerdos que impidan el triunfo de la derecha y corrijan las políticas socialistas, muchos de sus votantes nos hacemos una pregunta dolorosa: ¿entonces para qué está? A lo mejor no eran los coordinadores generales del partido lo que pedía a gritos una renovación.

19 de junio de 2011

El ascenso

Vengo de ver, con enorme alegría, el ascenso del Granada a Primera División. El club había pasado casi la mitad de su historia en Segunda, cuando no en Segunda B o incluso Tercera. Nos habíamos acostumbrado a que el equipo de nuestra ciudad fuese pequeño, perdiese a menudo y tuviera un futuro triste. Ese era el Granada de las últimas décadas. Sin embargo esta noche, apenas un minuto después del partido, todo el bar le dedicaba cánticos de burla al equipo perdedor, recordándole que la próxima temporada seguiría en Segunda. Exactamente así, hasta hace bien poco, se sintió nuevo rico este país. Perder es una costumbre. Ganar es un olvido. Nuestro gol, por cierto, lo metió un nigeriano.

17 de junio de 2011

El pastor bobo

Si Europa deja caer a Grecia, con cuyas trampas financieras tanto ha lucrado, se dejará caer a sí misma. ¿Es posible invocar (aún) principios europeos comunes, mientras el origen de todos ellos se borra con la manga del contable apresurado? Heráclito dijo: «En el círculo se confunden el principio y el fin». Dos milenios y medio más tarde, en su Diálogo del pastor bobo, Lorca anunció: «Europa se arranca las tetas». Que el seno y la cuna no sean la misma cosa.

15 de junio de 2011

Con y sin Borges

25 años sin Borges. O un cuarto de siglo con más Borges que nunca. Casi nadie discute que fue el Cervantes del siglo pasado. Por su noción transnacional, hipertextual y políglota de la ficción, sin duda se adelantó a su tiempo. Según Umberto Eco, Borges inventó Internet. Pero esa interpretación es parcial, tratándose de un autor con un evidente desinterés por la actualidad y las modernidades. En Argentina, su predicamento ha dependido de la despolitización de su figura. Cuando sus opiniones políticas, a menudo atroces, eran parte del debate literario nacional, la lectura de su obra se veía interferida inevitablemente. Borges fue, en términos literarios, un escritor sin cuerpo. Su obra omite la sexualidad de una manera casi obsesiva. El deseo, el placer, la carne están desterrados de su universo. Sería curioso plantearse cómo un país tan psicoanalizado ha colocado a un genio de la represión sexual en el centro de su canon. Celebrando que hablamos de una de las prosas más brillantes de la historia, quizá no nos vendría mal dejarlo descansar un poco. Lo cual no significa olvidarlo, sino dejar de soñar con imitarlo. Ser epígonos borgeanos parece mucho menos provechoso que ser sus lectores.

12 de junio de 2011

Campamentos, despachos

Los indignados de Sol levantan campamento. Su idea no es rendirse: es desplazarse, desplegarse. Concebir la acampada como un punto de partida. De paso por Madrid, me acerco un rato a la plaza. Es domingo por la noche y todavía quedan bastante jóvenes limpiando, plegando, empacando. Los observo desmontar sus puestos con la misma serenidad, el mismo respeto y la misma coordinación con que los instalaron hace un mes. Ya es más de lo que demuestran sus mayores en sus despachos.

10 de junio de 2011

Semprún causa aforismos

Ante la muerte de Jorge Semprún, intelectual bilingüe que logró el milagro de tener dos países además de dos extranjerías, Herta Müller escribe: «Siempre me he visto obligada a encuadrar en los libros de Semprún a mi padre, soldado de las SS. Siempre quise ser capaz de impedir que mi padre, incluso a posteriori, se convirtiera en soldado de las SS». La escritura como utopía retrospectiva: mejorar el pasado al conocerlo. Bernard-Henry Lévy lo resume con un aforismo: «Escribir no para sobrevivir, sino para revivir». Quizá la vida más digna consista en revivir al superviviente. Javier Solana, ministro de Cultura anterior a Semprún, deja anotada una contradicción en su Twitter: «Mejor silencio como recuerdo al amigo». El silencio es otra palabra. Callar, otra manera de provocar la glosa. «Desde hacía dos años», cuenta el propio Semprún en La escritura o la vida, «yo vivía sin rostro. No hay espejos en Buchenwald». Ese espejo imposible del horror se llamaría literatura.

7 de junio de 2011

Mírame mucho

Especie de Gran Hermano en primera persona, el bizarro documental A complete history of my sexual failures resume perfectamente la falacia de los reality shows. Sus cámaras no registran intimidades: más bien las fuerzan, las provocan, las sobreactúan. A diferencia de la cámara oculta, que aspiraba a la captura de reacciones confidenciales, el ojo hipermoderno (webcams, Facebook, telerrealidades) parte de la certeza de que todo es visualizable a priori. Y de que, en el fondo, nada sucedería sin el ojo que graba. Narrado, dirigido y protagonizado por Chris Waitt, el documental se propone investigar el pasado sentimental y sexual de su autor. Pero su verdadero objetivo no es la terapia, sino la exhibición del trauma. En vez de analizar el porqué de sus desastres, Waitt los repasa con voluntad de archivo. He ahí dos elementos narrativos muy de nuestra época: el carácter anecdótico y la estructura enumerativa. Impúdica, superficial e impactante, A complete… testimonia las disfunciones emocionales de una generación que pronto se hará cargo del mundo. A decir verdad, otras generaciones mucho más peligrosas ya lo hicieron. Y aquí seguimos. O no.

4 de junio de 2011

El misterio concreto

La abstracción en poesía suele ser estridente. En lo concreto está el primer misterio, que quizás es el único. Hay mucho miedo en la sofisticación. Hay mucho amor en la renuncia a una palabra. «Las cosas más sencillas», susurra Charles Simic, «difíciles en su obviedad. No hacían ningún ruido».

2 de junio de 2011

Mass media, más medios

Más allá de sus propios intereses, los grandes medios de comunicación tienen inevitables filtros de acceso, estructuras burocráticas y limitaciones físicas. La suma de estos condicionantes selecciona y restringe sus opiniones. Internet ofrece, en cambio, la posibilidad inédita de construir una opinión pública sin intermediarios. Como todo progreso verdadero, semejante libertad consiente su utilización reaccionaria. Junto a las innumerables voces que contribuyen a completar nuestra visión del mundo, hay quienes profieren toda clase de ocurrencias o insultos sin la responsabilidad mínima que se les exigiría en otros ámbitos públicos. Curiosamente, muchos de ellos defienden o creen defender el valor de internet. Convendría dejar de contemplar la red como un juguetito nuevo y tomarla tan en serio como a las publicaciones tradicionales. Ojalá algún día sepamos crear una especie de protocolo digital cuyo objeto no sea reprimir, sino divulgar opiniones libres de manera respetuosa. Pensar en eso contribuiría a repensar nuestra libertad.