Bruselas es una ciudad poblada de diplomáticos y sin embargo, o por eso mismo, la gente conduce caóticamente, sin respetar jamás las normas colectivas. En Bruselas conviven representantes de distintas instituciones y nacionalidades, mientras en sus barrios se percibe la grave división entre flamencos y francófonos. En Bruselas se ha debatido la aplicación de las leyes que prohíben fumar en los recintos públicos, y en muchos de sus bares sigue imperando el humo. Bruselas es la capital simbólica de Europa y sus plazas están llenas de botellas vacías, desperdicios, restos arqueológicos del futuro.