A principios de año tuve la suerte de visitar Riohacha, capital de La Guajira colombiana y cuna de los abuelos de García Márquez. Su gente es de una hospitalidad casi inexplicable (sobre todo si uno llega de París). Allí me regalaron un curioso libro sobre la historia de la prensa de la ciudad, firmado por el escritor e historiador Fredy González Zubiría. Un par de meses después, o un par de siglos atrás, averiguo que existió un remoto periódico llamado El mosquetero. Fundado en 1855 y de orientación política claramente conservadora, fue sin embargo pionero en la utilización de ciertos recursos periodísticos que hoy nos parecerían posmodernos. Por ejemplo los diálogos entre personajes anonimos, y muchas veces ficticios, que se dedicaban a comentar sarcásticamente la actualidad de la ciudad. Las costumbres un tanto espadachinas de El Mosquetero hacían que su contenido informativo se confundiera con el libelo, «por su inclinación a la denigración y al insulto personal». Aquel diario duró poco. Versión online no tenía.