30 de marzo de 2014
La casa y el viento
De visita en la hospitalaria Oklahoma, tierra de vientos y trenes, me entero de que pronto empezará la temporada de tornados, que en algunas zonas del estado pueden ser verdaderamente destructivos. Nadie a mi alrededor parece asustado por eso, o todos parecen haber aprendido a asustarse sin que nadie lo note. En la localidad de Moore, me cuenta una ancianita llamada Philis, varias casas vuelan cada año. Le pregunto cómo hace la gente para seguir viviendo allí. «Vuelven a construir sus casas, señor», me responde la anciana. ¿Y si al año siguiente vuelven a perderlas? «Entonces las construyen de nuevo, señor.» ¿Y por qué no se mudan a otro pueblo? «Porque esa es su casa.» Philis me sonríe y el rugido de un tren se lleva su siguiente frase hasta donde sólo el viento puede oírla.
5 de marzo de 2014
Poeta Newton
Por mucho que los programas de estudio insistan, ciencia y literatura jamás se han opuesto. De hecho resultan admirablemente paralelas en su objetivo (el conocimiento del mundo) y complementarias en sus métodos (la emoción de la regla en el pensamiento científico, las reglas de las emociones en el pensamiento literario). Cualquier manual de física sorprende por su espesor de metáforas, imágenes, neologismos. A semejanza de la poesía, la ciencia y sus diversas ramas se valen del asombro para obtener un sentido y conjeturar principios en el caos. La vieja ley de la gravedad, por sí sola, encierra esa evidencia simple y misteriosa que vive persiguiendo la poesía con su mirada: un objeto cae; alguien acierta a describir su vuelo fugaz; y así recomienza la historia de la curiosidad humana. El temblor de estar viendo y no entender del todo qué vemos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)