¿No hay cierta semejanza entre el dopaje deportivo y el fraude financiero? La obsesión por el récord y el imperativo del crecimiento obedecen a una misma patología social. Primero aplaudir determinados milagros estadísticos, incluso ponerlos como ejemplo. Y después echarse las manos a la cabeza. Qué tentador confundir la victoria con la desmemoria, la autosuperación personal con la farsa del superhéroe.