12 de octubre de 2012

Manifestarse

¿Y de qué sirve manifestarse?, objetan los pragmáticos. Eso depende de qué entendamos por utilidad. Cuando se asfixia el concepto de ciudadanía, ir a buscar al semejante, verificar su existencia, es útil en sí mismo. Se sale a la calle no sólo para expresarse ante un posible, y por lo general bastante sordo, interlocutor público. Sino también para toparse con la emoción del par. En situaciones críticas, leer propicia un milagro análogo: comprobar que alguna vez alguien, en algún lugar, escribió sobre experiencias similares. El libro sería entonces una ciudad donde lector y autor, en tiempos diferentes, se encuentran en la misma rabia.