22 de julio de 2013
Llamadas a Bolaño (y 4)
Legible como testamento, jocosa y seriamente dedicado a su hepatólogo, el ensayo “Literatura + enfermedad = enfermedad” despliega un zapping ácido por la poesía francesa, la literatura de viajes, las consultas médicas y las ganas de follar (verbo ibérico que a Bolaño le encantaba, acaso por su fricación tan a lo fuck). Estas veinte sobrecogedoras páginas hablan de la escritura como conversación con la muerte, como lucha desde el centro del propio malestar. La conclusión sería que ninguna literatura, incluida la maldita, enferma a nadie. Sino que más bien vive en nuestras enfermedades, síntoma y fruto del afán por sobrevivir. Bolaño vivió durante bastantes años despidiéndose como un moribundo. También trabajó así: con la furia de las últimas oportunidades, con la melancolía vitalista de los enfermos graves. A lo mejor eso es lo que habría que hacer. Escribir siempre como moribundos. Moribundos con salud.