13 de mayo de 2013

Cirugía y secuestro

Más allá de los datos que sobresaltan diariamente a Grecia, Portugal, España o Italia, existe un problema de fondo: la absoluta falta de correspondencia entre las medidas y sus efectos. Ese es quizás el núcleo de la desesperanza. Si los devastadores recortes no mejoran las cifras, ¿qué sentido tiene seguir aplicándolos? La situación se parece cada vez más a un grupo de cirujanos dementes operando de urgencia a un cuerpo y midiendo los signos vitales en otro. En un atinado artículo, el filósofo Germán Cano se refiere al «secuestro tecnocrático» que paraliza a la sociedad europea. Secuestrar con bonos de deuda es lamentable. Financiar a tus secuestradores es incluso peor.