11 de enero de 2013
Mundo animal
Son a veces las noticias menores las que mejor retratan a una sociedad. Bajo el ruido miope de los indicadores financieros, murmuran pequeños síntomas que nos conciernen. Leo que, en el hipódromo de Manacor, un hombre mató a golpes a su caballo. Ese mismo caballo había obtenido hasta el momento 24 victorias y casi 6.000 euros en premios. Su dueño lo apaleó tras perder una competición que repartía unos 500 euros. ¿A qué nos suenan estas cuentas? ¿Cuántos despidos fulminantes se han consumado en empresas que jamás contabilizan sus beneficios anteriores? «Pagaría por volver atrás», ha declarado el animal (no el equino) sobre su comportamiento. Muchos patrones y directivos se absolverían con esa frase, mientras sacrifican a su fuerza de trabajo por no hacerles ganar tanto como ayer. Al ritmo que galopamos, la asociación tiene muy poco de metáfora. Por cierto: en la carrera donde se produjo el apaleamiento, ningún apostante acertó el caballo ganador.